«Este libro trata sobre escuchar voces. Reúne la experiencia, la investigación y el interés por cambiar la percepción social (y clínica) de algo que vulgarmente se conoce como «un síntoma de esquizofrenia»

En 2021 decidí investigar sobre la escucha de voces, una experiencia que resulta desconocida para mucha gente y sobre la que tenemos un montón de prejuicios, también los propios profesionales de la salud. Durante toda mi formación reglada apenas se mencionó este fenómeno, y cuando se hizo, siempre fue desde un modelo cargado de estigma que lo reducía a un “defecto” que había que suprimir o ignorar. Unos años antes había conocido el Movimiento Internacional “Hearing Voices” (“Escuchadores de Voces”) y sabía que había algo más que un puñado de ideas preconcebidas al respecto. Por el camino descubrí un montón de información valiosa que nunca me habían contado. Elaboré una guía breve y sencilla destinada a que todo el mundo, pero especialmente los profesionales, podamos cambiar nuestra mirada, a menudo patologizadora hacia esta experiencia y quienes la viven, por una más curiosa, amable, justa y rigurosa.
A lo largo del texto voy entrelazando investigaciones, publicaciones clínicas, experiencias de vida y reclamos internacionales de derechos humanos. El trabajo va acompañado de una serie de textos de Fernando Balius, filósofo, formador, autor de la novela gráfica Desmesura (Bellaterra, 2018), que oye voces en su cabeza, y a quien estoy muy agradecida por aportar su conocimiento y reflexiones y por ser el impulsor de que Las voces que no escuchamos sea un libro publicado por La Revolución Delirante (2023).

“[…] Cuestionando el reduccionismo y la falta de rigor científico de los modelos biomédicos, Paula Mejías investiga el fenómeno internacional Escuchadores de Voces, comprobando la calidad de sus premisas y la utilidad de los instrumentos que aporta. Desde ahí, nos traslada la necesidad de un cambio de paradigma que considere la escucha de voces como una experiencia íntima, que ocurre en relación a la historia de cada uno y que está provista de sentido. Con un lenguaje sencillo pero contundente, propone una serie de herramientas para facilitar un acompañamiento de las voces basado en la complicidad y el respeto.”
Mientras escribía sobre las voces pensaba en toda la diversidad de experiencias que vivimos las personas y que dan cuenta de nuestros malestares. Experiencias con las que estamos en conflicto y que, de alguna forma, nos resultan extrañas o incómodas. Algunas nos parecen más comunes y otras nos resultan inusuales, pero todas forman parte de la diversidad humana. El acercamiento que planteo en el libro es válido para todas ellas.